15 julio 2007

Memoria absurda

Es curioso, pero me falla la memoria cuando intento encontrar una definición para este concepto. De hecho, ya es un poco eso. La memoria absurda nunca almacena datos útiles, solo fragmentos de momentos, de frases, de historias que luego utilizas sin más para comprobar si la persona que tienes delante también los ha vivido, oído , conocido...
Puede parecer complicado, pero no lo es. Pongamos un ejemplo. Imaginemos que en una conversación sobre pelis, alguien dice que le gusta mucho Blade Runner. Al instante más de uno suele acceder a su memoria absurda y suelta eso de: "He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir". Esta frasecita, que seguramente no hiciste nada por memorizar y que tienes ahí grabada en tu cabeza mejor que la tabla del siete, es sin duda memoria absurda.
Con todo, me gusta pensar que un concepto tan hermoso como el de asociar memoria e inutilidad no se limita a recordar del tirón trozos de guiones. En mi caso sé que no es así. Recuerdo miles de experiencias. Algunas a la vez tan intensas, pero dolorosas, que me entreno para guardarlas en lo más profundo de mi memoria absurda y que allí permanezcan. No quiero olvidarlas, ni creo que pudiese si así lo deseara. Sin duda absurdo es recordar las últimas palabras de alguien querido antes de morir o la imagen de tristeza y desesperación en el rostro de personas habitualmente sonrientes y alegres, pero ahí están, aferrados a mi persona como el recuerdo de las vacaciones con los colegas en Menorca o el sonido de la sirena del poli gordo que no nos multó para no tener que bajar de su moto. De hecho, mientras escribo estas lineas me doy cuenta de cuan cierta es esa frase del Sabina : "Más vale que no tengas que elegir entre el olvido y la memoria".
Estoy con el maestro en que lo complicado no es recordar lo vivido o olvidarlo, ambas cosas son sencillas para el ser humano, el problema es cuando te das cuenta que tienes que elegir. A mi, por ahora, aparte de bajar la taza del water y de apagar las luces, me da por olvidar pocas cosas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La veritat Pancetiki que cada vegadaestàs més fi en els teus textes, no sé si serà per el meu estat d'anim una mica baix perrò et felicito aquest m'ha agradat.

Anónimo dijo...

A mi me gustaría poder borrar los malos recuerdos; Cuanto menos consciencia mejor... Ya sé que hay dichos que dicen que de lo malo se aprende y todo eso, pero para mi es mejor ser ignorante y vivir bien, que ser super culto y estar siempre depre. Mirad los quillos que contentos están y comparad con los grandes ejecutivos (en su mayoría).

También mirad los abuelos y los jóvenes y decidme si la experiencia y los años son calidad de vida, o es algo que nos va haciendo perder ilusión (de la que nacemos a tope).

Anónimo dijo...

Ciertamente, desde mi humilde punto de vista, has escogido una de las mejores frases del Sabina.

A pesar de lo que dices, creo que muchas veces no somos dueños de lo que queremos recordar u olvidar. Son precisamente los extraños mecanismos de la mente que de forma selectiva nos hacen olvidar experiencias dolorosas o recordarlas de forma menos dolorosa a como las vivimos en su día.

O bien todo lo contrario, inconscientemente podemos llegar a recordar cosas de forma más intensa a como fueron vividas.

Son esos ídolos de la mente que de forma subjetiva escriben la historia de nuestra vida y es precisamente así como se la contamos a los demás.

Desde un punto de vista ingenieril es como si la mente tuviera un comportamiento plástico con ciclos de histéresis y cada vez que recordamos nunca somos capaces de llegar al punto de origen.

AVE POR EL LITORAL.