30 septiembre 2006

Big fish

Siempre me han gustado mucho los cuentos. Aun que también me atraen las historias y fábulas que nos trasladan a lugares recónditos en un universo imposible de existir con faunos y otras criaturas inimaginables, las que verdaderamente me fascinan son esas historias que entremezclan ficción y realidad. Lo que yo denominaría, la dosificación de la exageración. Por poner un ejemplo claro : Big Fish. Está es una película que viaja constantemente en la frontera de la ficción y la realidad. En ella, el personaje que narra la historia la modifica de tal manera, exagerando los matices más literarios, que el resultado final no es ni mucho menos una historia falsa, sino una historia más atractiva para escuchar.

Eso es lo que busco. La realidad puede ser horrible a veces, cruel y despiadada otras, pero también nos da alguna dosis de vivencias, de personajes, que podrían encajar en auténticos cuentos de hadas. Un periplo por la red de cercanías de RENFE puede explicarse de la misma manera que el Homero explicó el retorno de Ulises a su hogar en Grecia. O… ¿Qué se yo?... pasar por un túnel con antorchas para ir a pescar, puede desencadenar una sensaciones que a la hora de explicarlas pueden trasladarte a la prehistoria o a cualquier otra exageración (esto no lo entenderéis todos, pero hay dos trogloditas que sí). El caso es que el túnel existía y estaba oscuro, explicarlo con más o menos detalles literarios es la gracia.

Bueno, todo este lío para deciros que lo que vais a leer a partir de ahora es solo eso, mi visión particular de una realidad. Tal vez algunos penséis que es infantil y poco precisa, y ese seria el mejor de los piropos que me podrías dar. Quien quiera realidad, que mire por su ventana…


Nota : Después de las peticiones, os prometo, mínimo, un post por semana a partir de ahora.